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Redacción inclusiva: ¿cómo crear contenido con perspectiva de género?

Desde hace varios años, la perspectiva de género es uno de los pilares fundamentales en la comunicación de la mayoría de las empresas u ONGs. En otros idiomas, como el inglés, suele ser mucho más fácil (los pronombres son su mayor desafío), pero en el idioma español estamos muy acostumbrados al masculino genérico, ya que eso es lo que se nos enseña como correcto desde la educación inicial.

Por otro lado, muchas empresas y campañas publicitarias se han visto envueltas en escándalos por reproducir estereotipos de género en su comunicación, tanto interna como externa. Eso demuestra que la sociedad exige que las marcas estén a la altura de la discusión actual y contribuyan al cambio.

En este artículo, expondremos 5 consejos para adoptar un enfoque con perspectiva de género en tus comunicaciones y, hacia el final, dejaremos nuestra guía completa para que puedas descargarla gratis.

¿De qué hablamos cuando hablamos de perspectiva de género?

Según la ONU, el lenguaje inclusivo en cuanto al género es “la manera de expresarse oralmente y por escrito sin discriminar a un sexo, género social o identidad de género en particular y sin perpetuar estereotipos de género”.

Además, es correcto sumar que esta forma de comunicación vela por el respeto a la orientación sexual de cada persona, donde tampoco se deben replicar estereotipos (por ejemplo, “una persona gay es alegre” o “una mujer lesbiana es masculina”).

5 claves para lograr una comunicación sin sesgos de género

Evitar el masculino genérico

Aunque la Real Academia Española (RAE) lo considere correcto, está completamente instalado que utilizar el masculino genérico dentro de la comunicación oficial de una empresa, ONG u organismo público no es lo recomendable. Esta práctica invisibiliza a las mujeres y disidencias, que, casi siempre, también son parte de la audiencia a la que se dirige el mensaje o de la organización que lo está comunicando. Algunos ejemplos para reemplazarlo son: “las personas usuarias” (en lugar de “los usuarios”), “el equipo de trabajo” (en lugar de “los trabajadores”), entre otros.

No replicar estereotipos ligados al género

Uno de los errores más comunes es continuar relacionando a las mujeres con actividades de cuidado, limpieza y belleza mientras que los hombres son encasillados con trabajos físicos, deportes y oficios. Incluso, también algunas personas y marcas colocan a la mujer en un lugar débil o sensible, mientras que a los hombres los ligan a la rudeza. Muchas veces podemos notarlo en la colorimetría elegida en campañas publicitarias: los modelos masculinos frecuentemente se colocan con fondos negros o colores oscuros, mientras que el mismo producto para una mujer (por ejemplo, ropa deportiva o perfume) se emplaza en colores pasteles.

Utilizar sujeto tácito

Otra forma de evitar nombrar el género de las personas al hablar en plural es utilizar el sujeto tácito. Entonces, si queremos comunicar que estamos orgullosos, podemos decir “nos enorgullece”. O, si necesitamos expresar que “ellos han trabajado muy bien en el proyecto”, podemos reemplazarlo con “han trabajado muy bien en el proyecto”.

Parafrasear

Si somos los encargados de la comunicación de una organización, podemos parafrasear las indicaciones para que sean inclusivas en base al género. Por ejemplo, si debemos comunicar que “cada empleado debe realizar una declaración jurada”, podemos reemplazarlo con “cada persona del equipo debe realizar una declaración jurada”.

Por otro lado, también se recomienda utilizar el imperativo para parafrasear. Por ejemplo, en lugar de decir “el alumno debe entregar una fotocopia”, está la opción de expresar “entregue una fotocopia”. Otro ejemplo relacionado es, en vez de decir “el alumno no debe ingresar con bebidas”, se puede optar por escribir “no ingrese con bebidas” o “prohibido ingresar con bebidas”.

¿Es correcto usar el lenguaje inclusivo?

Cuando comenzó a extenderse en las redes sociales y organizaciones la necesidad de no utilizar el masculino genérico, nació el lenguaje inclusivo. Este se caracteriza por colocar una “X”, “E” o “@” en el lugar de la “O” que establece género (por ejemplo, “alumnes”, “alumn@s” o “alumnxs”). Muchas personas se expresaron fervientemente en contra, alegando que la RAE no admitía esta forma de escritura en el español. La misma Real Academia Española calificó al lenguaje inclusivo de “innecesario”, recibiendo miles de respuestas (tanto de organismos oficiales como de personas usuarias de redes sociales) donde le recordaban que el lenguaje está en constante cambio y evoluciona con la sociedad.

Desde nuestro lugar, aunque apoyamos completamente a la inclusión dentro del lenguaje, nos parece muy importante recordar que muchos lectores de textos por voz (utilizados por personas con baja o nula visión) no reconocen palabras por fuera del diccionario habitual. Entonces ¿qué tan inclusivo es el lenguaje inclusivo si un sector de la población no logra entenderlo? En Crawla, recomendamos utilizar otras alternativas que nos permite el español y están incluídas en las RAE (que, al mismo tiempo, nos exime de polémicas frente a personas que no aceptan el uso del lenguaje inclusivo).

Accede a nuestra guía para conocer más

Si llegaste a este punto, te habrás dado cuenta que el tema de la redacción inclusiva es muy largo y complejo, con varios puntos de vista a tomar en cuenta. Es por eso que diseñamos un Manual de Redacción Inclusiva, donde abordamos más estrategias y profundizamos en el rol fundamental que cumple en nuestra sociedad. Además, también sumamos pautas para lograr un “Lenguaje Inclusivo hacia la Discapacidad”, sin descuidar el enfoque hacia el género.

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